lunes, 1 de marzo de 2010

El poder de la escasez

Imaginemos una isla llamada Catán con muchas parcelas listas para ser cultivadas de varios tipos según su calidad: buenas, regulares y malas.
Un día llegó un colono llamado Rodrigo. Pretendía cultivar en una de esas parcelas tanto trigo como puediera para así poder prosperar en su nuevo hogar. Todas las parcelas estaban libres por lo que obviamente se fijó en las de buena calidad.
Los propietarios de estas buenas tierras compitieron entre si para que el nuevo habitante ocupara la suya. Cada uno le pedía una simbólica cantidad de dinero hasta que finalmente Rodrigo optó por la más barata, lógicamente.
A los pocos días llegaron más colonos y poco a poco se fueron ocupando el resto de buenas tierras, todas por un módico precio de alquiler.
Al poco tiempo llegó otro nuevo colono llamado Ernesto. Ya estaban todas las buenas tierras ocupadas e irse a una de calidad regular no le interesaba... Para intentar optar a una de buena calidad le dijo a su propietario: "Te doy una importante suma de dinero si echas a tu inquilino y me la dejas gratis". Rodrigo se enteró de las malas intenciones de Ernesto y le ofreció a su propietario más dinero a cambio de que no le echara.

Ajá! Esto dará pie al propietario en cuestión a subirle el alquiler (su inquilino le acaba de decir que está dispuesto a pagarle más con la condición de que no le eche!). Entonces decide subirle, ¿pero cuanto?. Supongamos que las buenas tierras generan 5 costales de trigo por temporada y las de inferior calidad 3. Por lo tanto le subirá el valor de 2 costales. De esta manera los agricultores de las tierras buenas y regulares obtendrán los mismos beneficios y así ya no tiene que echar al pobre Rodrigo! (ni que decir tiene que el resto de propietarios actuarán de igual modo, sibiendo sus alquileres).

Siguen llegando más y más colonos y las tierras regulares se irán ocupando por unos alquileres muy bajos (como ocurría al prinipio con las buenas tierras). Cuando no queden y llegue un colono más ocurrirá lo mismo. Los propietarios de las buenas y regulares tierras tendrán que subir el alquiler y las de mala calidad pasarán a ser las tierras marginales.

En este pequeño relato vemos el poder que tiene la escasez: al principio, cuando hay muchas parcelas libres el que manda es el colono ya que decide cual ocupar; después, cuando hay muchos colonos el que manda es el propietario, teniendo el poder de subir el alquiler.

Fuentes:

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